Queridos Reyes Magos,
Hace tiempo que me cansé de pedir cosas materiales. No las necesito, aprendí que el valor no está en el número de paquetes y mucho menos en el coste. Hay regalos no tangibles que lo son todo. Y yo soy feliz con poco. Me conformo con tener a las personas adecuadas a mi lado, y poder salir y entrar siempre que quiera.
Sé que este año la he cagado (en muchas ocasiones), y quizá no he estado del todo bien en alguna que otra situación… pero he aprendido, y por ello no me podéis castigar. En cierto modo 2018 fue un año de golpecitos para aprender, abrir los ojos y espabilar. Y lo voy a hacer de ahora en adelante, ya lo veréis.
Este año me gustaría pediros que no me alejéis a las personas que más quiero – ya sabéis quienes son – de mi lado, no lo podría soportar; ni que les falte una sonrisa, eso significará que todo va bien. Me gustaría pedir unas alas para poder volar – pero de verdad – y poder alejarme rápidamente de aquellas personas un tanto tóxicas que a veces me atrapan sin yo quererlo. Un poco de fuerza para cuando ésta me flaquee y quiera volver a perderme. Y por último un corazón con circuito cerrado – sí, bueno, hagamos ver que el que tengo no es así, ahora lo entenderéis, seguid leyendo – para dejar de dar a los demás y empezar a quererme un poco más. Si es posible también estaría bien que os llevarais ese mal humor tan cambiante que tengo, viene de serie, lo sé, pero ya va siendo hora que se marche.
Y eso es todo. Espero no haber pedido demasiado. Sois los únicos reyes en los que confío así que tengo las expectativas altas esta vez. Quizás soy un poco egoísta pensando sólo en mí pero al fin y al cabo de eso quiero que trate este año.
¡Nos vemos – o no – a la próxima! Feliz viaje.
Mònica.
rincondemonica.wordpress.com 